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Cuenta de Gasto Flexible (FSA)
¿Qué es una Cuenta de Gastos Flexible (FSA)?
Una Cuenta de Gastos Flexible (FSA) es una herramienta de ahorro con ventajas fiscales que permite a los empleados reservar fondos antes de impuestos para gastos elegibles de asistencia sanitaria y cuidado de dependientes, reduciendo eficazmente los ingresos imponibles a la vez que cubren los gastos de bolsillo para servicios esenciales.
Gastos subvencionables, límites de cotización y presentación de solicitudes de reembolso
Las FSA pueden utilizarse para gastos médicos cualificados, como copagos, deducibles, recetas y determinados gastos dentales y oftalmológicos. Las FSA para el cuidado de dependientes cubren los gastos de cuidado de niños y ancianos.
La aportación máxima para las FSA sanitarias suele ser de unos 3.200 $ por empresa, mientras que los límites para el cuidado de dependientes pueden variar.
Para acceder a los fondos de la FSA, los empleados deben presentar reclamaciones con recibos que verifiquen los gastos subvencionables junto con un formulario de reclamación cumplimentado.
Las solicitudes aprobadas se reembolsan mediante cheque o ingreso directo. Los fondos no utilizados suelen caducar al final del año del plan, aunque algunas empresas pueden ofrecer periodos de gracia o permitir un traspaso de hasta 640 $.
Ventajas fiscales y cumplimiento de la normativa
Las aportaciones a la FSA se realizan con dinero antes de impuestos, lo que reduce la base imponible y exime los fondos de los impuestos federales sobre la renta, la Seguridad Social (FICA) y la mayoría de los impuestos estatales. El cumplimiento de las directrices del IRS relativas a los límites de aportación y los gastos subvencionables es esencial para evitar sanciones.
Derechos de los trabajadores en relación con la FSA
Normalmente, los empleados no pueden modificar sus aportaciones a la FSA a lo largo del año a menos que se produzcan acontecimientos vitales que lo justifiquen. Si un empleado deja su empleo, el acceso a los fondos de la FSA suele finalizar a menos que se elija la continuación de la cobertura COBRA.
Los empleados pueden tener tanto una FSA como una Cuenta de Ahorros Sanitarios (HSA), pero la FSA debe limitarse a gastos dentales y oftalmológicos para cumplir la compatibilidad con la HSA.

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